La jornada del lunes 28 de abril será recordada como un día histórico marcado por el apagón masivo que afectó a gran parte de la península ibérica, incluyendo Collado Mediano. A las 12:30 de la mañana la luz y la señal de telefonía y de internet desaparecía de la vida de todos los vecinos, que salieron a las calles tratando de entender qué ocurría o en busca de cobertura en el móvil. A pesar de la incertidumbre, reinó un ambiente en general de tranquilidad en un día primaveral donde la meteorología, soleada, invitaba a a estar en el exterior. Poco después del apagón, los afortunados que escuchaban la radio en el coche o pilas, recibían las noticias y el calado geográfico del que ya se ha denominado «gran apagón».
Apenas 30 minutos después de la desconexión, el equipo de Protección Civil, policía local y el Ayuntamiento comenzaron a gestionar la situación para evaluar los posibles problemas y minimizar las molestias a los vecinos. Desde las primeras horas, Samuel Checa, jefe de Protección Civil Collado Mediano, lideró el plan de emergencias poniendo en marcha el protocolo de actuación, recorriendo los puntos clave del municipio y las calles del pueblo para informar a los vecinos por megafonía sobre los recursos disponibles. El Ayuntamiento, por su parte, se encargó de visitar todos los centros públicos para asegurar su correcto funcionamiento y ofrecer asistencia en caso de necesidad.
A media tarde, se estableció un puesto de control y asistencia en la Plaza del Ayuntamiento para dar servicio a todos aquellos vecinos y vecinas que lo necesitaran, y que estaría activo mientras durara el apagón.
Afortunadamente, a las 20:30 horas, la luz regresó a Collado Mediano, restaurando la normalidad en el municipio. Esta zona de la sierra recuperó la luz en un momento en el que en España solo se había restaurado el suministro en un 35% del territorio.
Alcance y Consecuencias del Apagón
A pesar de la tranquilidad con al que se vivió la situación en Collado Mediano, no ocurría lo mismo en el centro de Madrid o en las principales carreteras madrileñas, donde muchos vecinos quedaron atrapados durante horas en los kilométricos atascos, o se vieron afectados por los retrasos en el transporte público. Los servicios de trenes se detuvieron, y los hospitales y servicios de emergencia dependieron de generadores. Las comunicaciones móviles se vieron interrumpidas, y muchos ciudadanos recurrieron a radios de baterías para informarse. En Madrid, el Metro suspendió su servicio, y los semáforos dejaron de funcionar, complicando aún más la circulación. La presidenta de la Comunidad de Madrid solicitó la activación del Plan 3 de Emergencias, y el gobierno central tomó el mando de la gestión.
A pesar de las complicaciones en la circulación, la jornada transcurrió en el municipio sin incidentes reseñables.